De Europa a la Patagonia

La Aventura Familiar de Recorrer la Patagonia en Camper

En la inmensidad de la Patagonia, una familia franco-belga encontró la aventura de sus sueños, recorriendo paisajes impresionantes y sumergiéndose en culturas diversas.
En Patagonia Magazine vas a conocer la historia de Damien, Gabriella, Gauthier y la pequeña Camille, que es un testimonio de cómo la pasión por los viajes y el deseo de vivir plenamente pueden transformar vidas.

Damien y Gabriella se conocieron de una manera peculiar. “Le había apostado que le invitaría a tomar algo si su equipo de baloncesto favorito ganaba el partido”, recordó Gabriella. Para sorpresa de ambos, el equipo ganó, marcando el inicio de su historia juntos. Con dos hijos de Gabriella de relaciones anteriores, Gauthier, de diez años, y Camille, de apenas 18 meses, la familia se embarcó en un viaje que cambiaría sus vidas.

Antes de conocerse, ambos habían vivido en diferentes partes de Europa. Gabriella pasó cinco años en Suiza y otros cinco en Bélgica antes de regresar a Limoges, la que también es ciudad natal de Damien. Con profesiones exigentes, ella como profesora y él como gestor de proyectos informáticos, decidieron hacer una pausa y disfrutar más tiempo juntos. “Queríamos reducir la velocidad, descubrir nuevos paisajes y culturas, y vivir con menos”, comentó Damien.

Para hacer realidad su sueño, necesitaban un vehículo robusto. Damien siempre quiso un Defender, conocido por su durabilidad. “Queríamos un vehículo que pudiera ir a todas partes”, explicaron. Tras algunas modificaciones, adaptaron el Defender para acomodar a toda la familia, incluyendo una tienda de campaña en el techo y un panel solar para mantenerse conectados y autosuficientes. Ahora sí, ¡a viajar!

Rumbo a Sudamérica
La elección del destino fue sencilla: Sudamérica, con su diversidad de culturas y paisajes. “La diversidad de culturas y paisajes, de norte a sur, encajaba con lo que queríamos descubrir”, comentó Gabriella. Empezaron su travesía en Uruguay, enfrentando desafíos como las frías noches de septiembre y los animados fines de semana en parques públicos.

Descubriendo Argentina
Argentina se convirtió en un país destacado en su itinerario. “Nos sedujo la diversidad de los paisajes y la amabilidad de la gente”, dijo Gabriella. Desde las majestuosas montañas de San Carlos de Bariloche hasta las impresionantes ballenas de Puerto Madryn, la familia encontró experiencias inolvidables.

Precisamente, entre los destinos favoritos de la familia, San Carlos de Bariloche ocupa un lugar especial. Pasaron dos meses y medio en Llao Llao, disfrutando de actividades como esquiar en el Cerro Catedral y caminatas en el Brazo Tristeza. “Nos sentimos como en casa”, recordó Gabriella.
Mientras que en El Bolsón destacaron la caminata hasta el Cajón del Azul fue una experiencia memorable para toda la familia. “El color del río es fantástico”, visualizó Damien.

Madryn y la cordillera
Ya en Chubut, las maravillas naturales de esta provincia los enamoraron. Las ballenas fueron un espectáculo mágico que los cautivó. “Cada día era mágico”, admitió Gabriella. Y decidieron disfrutar de las ballenas desde la playa para no invadir su hábitat.

La familia planeaba pasar solo un día en este lugar, pero acabaron quedándose una semana entera. En su primer día, mientras intentaban arreglar un problema con el salpicadero del vehículo, miraron hacia la playa y vieron una ballena con su cría muy cerca de la orilla. “Dejamos las reparaciones para más tarde y nos sentamos a disfrutar del espectáculo”, recordó Gabriella con una sonrisa. Decidieron disfrutar de las ballenas desde la playa.
Mientras que camino al oeste, apreciaron la travesía por el Parque Los Alerces antes del incendio fue increíble, con momentos mágicos como caminar por los Arrayanes.

El asado y la gastronomía patagónica
Durante su estancia en Argentina, la familia se enamoró de la gastronomía local. “La carne y el famoso asado, el chimichurri, el dulce de leche y las empanadas nos conquistaron”, admitió Gabriella.
Gauthier, el hijo mayor, desarrolló un gusto particular por el mate, integrándose aún más en la cultura local. La familia también disfrutó de hornear su propio pan en la sartén, una tarea que se volvió una tradición durante sus noches en la carretera.

Dificultades y solidaridad en la ruta
El viaje no estuvo exento de dificultades mecánicas. En Mendoza y San Carlos de Bariloche encontraron la ayuda necesaria en los talleres locales. “Siempre encontramos personas dispuestas a ayudarnos, lo que fue una bendición”, manifestó Damien. Este sentido de solidaridad fue una constante a lo largo de su viaje por Argentina, haciendo que cada desafío fuera más llevadero.

Vivir en el camino
Vivir en el Defender requería adaptarse a un estilo de vida minimalista. “Tuvimos que elegir lo esencial, nada superfluo”, comentó Gabriella. Utilizando aplicaciones como iOverlander, encontraron lugares salvajes para dormir y disfrutaron de la naturaleza. “Lo más importante es no molestar y no estar en propiedad privada”, añadió Damien.

La rutina diaria de la familia en su vehículo adaptado también tiene sus propias anécdotas. “Al principio, nos tomaba mucho tiempo organizarnos y preparar todo”, explicó Gabriella.
Para la cocina, utilizaban un hornillo Coleman de gasolina y productos ecológicos para cuidar el medio ambiente. La educación de Gauthier se combinó con los viajes, aprendiendo francés, matemáticas y absorbiendo la cultura local. “Después de 10 meses, ya entiende muy bien el español”, reveló Gabriella con orgullo.

Desafíos y aprendizajes
Todo viaje no está exento de desafíos. En una ocasión, quedaron atrapados en una laguna en Laguna Diamante, a 5000 metros de altura. “Tuvimos que usar el Starlink para avisar a nuestros amigos belgas, quienes alertaron a la policía y a un servicio de asistencia en carretera”, recordó Gabriella. Sin embargo, estos desafíos no desalentaron a la familia, quienes encontraron apoyo en cada lugar que visitaron.

Un futuro prometedor
El viaje es un sueño hecho realidad, lleno de preparativos y duro trabajo. “Nos encantaría poder instalarnos algún día en los alrededores de San Carlos de Bariloche o El Bolsón”, admitió Gabriella. Aunque deben regresar a Francia en marzo de 2025, no descartan volver a Argentina en el futuro.

La historia de esta familia nos recuerda la importancia de seguir nuestros sueños, explorar nuevas culturas y disfrutar de la simplicidad de la vida. En las palabras de Gabriella: “A veces nos enfadábamos y refunfuñábamos un poco, pero los paisajes y la gente que conocimos nos hicieron olvidar enseguida todos nuestros pequeños problemas”.
La Patagonia dejó una huella imborrable en sus corazones, y quién sabe, quizás algún día vuelvan para descubrir aún más de esta tierra mágica.

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