
Las Grutas con su increíble atractivo – CAVA SUBMARINA
Cuenta la leyenda que, en el corazón de algunos barcos hundidos, se encontraron botellas. Cubiertas de la vida que crece bajo el agua, pero con su contenido intacto.
Eso impactó a los que se animaron a abrirlas. Porque, al beber, su paladar no se crispó con la acidez esperada. Contra todos los pronósticos, el vino mostró su mejor versión. Y, desde entonces, algunos dicen que el fondo del océano es la mejor de las bodegas.





“No sé si esos cuentos serán ciertos pero hay experiencias en el mundo que lo confirman. En Croacia existen este tipo de bodegas submarinas y en España también, tanto en Tenerife como en el Mediterráneo. El 24 de marzo de 2020, para la Fiesta Nacional del Golfo, se descorcharon las primeras botellas del Malbec que desde el último septiembre de 2019 se estaban añejando en el fondo del mar del Golfo San Matías”.
@bodegawapisa , la bodega se encuentra en Viedma. Las uvas con las que fabrican su producción rionegrina nacen y crecen en las 60 hectáreas de viñedos que tienen en San Javier. Justamente, los primeros vinos que se degustaron tras la inmersión, fueron creados con el producto de su quinta cosecha en la región.
En el fondo del mar el añejamiento se acelera. Dicen que tres años de estacionamiento en tierra equivalen a uno en el océano.
Sin embargo, más allá de acelerar los procesos, el mar tiene otras ventajas. “La presión, la luminosidad que existe en el lecho marino, el movimiento permanente…todo eso hace que los vinos muestren su mayor potencial. Que sus aromas sean más intensos, y su sabor más delicado”.
Pero… ¿cómo llegaron esas botellas al mar de Las Grutas? La bodega realizó una alianza estratégica con la empresa de buceo Cota Cero, y, en conjunto, diseñaron la forma de llevarlas.
“Para transportarlas y que quedaran estacionadas en el fondo se construyeron unos canastos de acero inoxidable. Además, los envases de estos vinos fueron especialmente diseñados. No tienen etiqueta papel, están pirograbadas (grabadas en el vidrio) y sus corchos, naturales y de alcornoque, están lacrados y sellados con una silicona especial. Todo eso garantiza que no haya afectación al medio ambiente marino. Porque toda la iniciativa contó con el respaldo de un estudio de impacto ambiental”.
La magia de la propuesta, sin embargo, no está sólo en el sabor. Es que el mar convierte las botellas en piezas de arte. Y cada una de ellas tendrá diseños únicos, nacidos del contacto con esa naturaleza.
Lo que permanece en el mar comienza a llenarse de vida, se coloniza. Y las algas, los microorganismos, todo lo que late en el fondo recreará la imagen de esas botellas. Que serán otras, llenas de encanto submarino, al llegar a tierra”.
Bajo la marca “Wapisa” (significa ballena en idioma yamana, que era el que manejaban los aborígenes de Tierra del Fuego). De hecho, la etiqueta tiene el dibujo de una cola emergiendo del agua, como las de los cetáceos que, de julio a septiembre, suelen visitar el Golfo para reproducirse.
Estos vinos con influencia marítima y con resultados sorprendentes, te invita a tener el placer de descubrirlos, en una experiencia única que te espera en las Grutas en costa Patagónica, de la provincia de Río Negro.